jueves, 6 de septiembre de 2007

PAPA QUERIDO

Quiero contarte algo que se refiere a nosotros dos.Quiero compartir contigo algunas experiencias que viví a tu lado sin que tú lo supieras, experiencias que de alguna manera apreciaría transmitirle a mi hijo, cuando sea yo quien lo tenga....Cuando pensabas que no te veía, te escuché pedirle a Dios salud y trabajo para nosotros, y aprendí que con Él yo podría conversar en el futuro....Cuando pensabas que no te veía, te vi preocuparte por tus amigos sanos y por tus amigos enfermos, y así aprendí que todos debemos ayudarnos y cuidarnos unos a otros....Cuando pensabas que no te veía, te vi dar tu tiempo y tu entrega en ayudar a personas que nada tenían, y aprendí que aquellos que tenemos, debemos compartirlo con quienes no tienen....Cuando pensabas que no te veía, te sentí darme un beso por la noche y me sentí un ser amado y seguro....Cuando pensabas que no te veía, te vi atender la casa y a todos los que vivimos en ella, y aprendí a cuidar lo que nos es dado....Cuando pensabas que no te veía, vi como cumplías con tus responsabilidades, aún cuando no te sentías bien, y aprendí que debo ser responsable cuando crezca....Cuando pensabas que no te veía, vi tus lágrimas, y entonces aprendí que a veces las cosas duelen, y que está bien llorar....Cuando pensabas que no te veía, vi que te importaba y quise ser todo lo que puedo llegar a ser....Cuando pensabas que no te veía, aprendí casi todas las lecciones de la vida que necesito saber para ser una buena persona como tú, cuando crezca....Cuando pensabas que no te veía, te vi y hoy quiero decirte: ¡Gracias por todas las cosas que vi, cuando pensabas que no te veía!